La inteligencia emocional se presenta como una herramienta esencial en la crianza, ya que permite a los niños manejar sus emociones de manera saludable y responsable. Fabián Ricardo Guevara, director científico de Versania Primera Infancia, enfatiza la importancia de cultivar esta habilidad desde la infancia. “Las habilidades emocionales fundamentales son el amor y la disciplina, que deben adaptarse al proceso individual de cada niño”, afirma Guevara, destacando la necesidad de personalizar la crianza según la edad y el desarrollo de los hijos.

La crianza de los hijos es un desafío fundamental que requiere preparación y adaptación. En un mundo en constante cambio, los métodos tradicionales de crianza pueden no ser suficientes. La crianza consciente va más allá del simple cuidado de los hijos; implica un compromiso profundo con su desarrollo emocional y social. Al mantener patrones de crianza heredados sin cuestionarlos, los padres pueden perder oportunidades de aprendizaje y crecimiento que son más adecuadas para las necesidades de la actualidad.

crianza

Desde temprana edad, los niños deben aprender técnicas como la respiración profunda y la gestión del estrés, lo que les ayuda a comprender que tanto las emociones positivas como las negativas son cruciales para su autoconocimiento y desarrollo personal. Además, un entorno familiar saludable fomenta la comunicación abierta y la confianza, creando espacios donde los hijos se sientan seguros para expresar sus pensamientos y emociones. Limitar el uso de pantallas y promover interacciones significativas son pasos vitales para evitar la dependencia tecnológica y fortalecer los lazos familiares.

Guevara propone cinco pilares para que los padres fortalezcan su propia inteligencia emocional y, por ende, la de sus hijos. Estos incluyen el autoconocimiento emocional, la empatía, la autorregulación, la automotivación y el desarrollo de habilidades sociales. Al aprender a gestionar sus propias emociones, los padres pueden guiar a sus hijos de manera más efectiva, asegurando que tanto ellos como sus pequeños crezcan en un ambiente que valore el respeto, la tolerancia y el entendimiento. La crianza consciente, entonces, no solo transforma a los niños, sino que también enriquece a los padres, creando un ciclo positivo de aprendizaje y crecimiento emocional.

Pin It on Pinterest