No hay duda de que las tendencias de vestuario del año pasado estuvieron influenciadas significativamente por el trabajo desde casa. La necesidad de estar cómodos y, a la vez, lucir profesional para las reuniones por videollamada, marcaron un punto de inflexión para el mundo de la moda en 2020.
En el caso de las prendas de calzado, las propuestas en las pasarelas estuvieron dominadas por referencias a la comodidad extrema y la frescura para la época de confinamiento. Entre los estilos que la revista Vogue resaltó este año estuvieron los mocasines, los suecos y, por supuesto, las sandalias planas y tipo teva.
Las sandalias han sido icónicas en diferentes culturas y, por eso, grandes marcas de diseño las han acogido como elemento de vestuario predilecto. Este nuevo año, seguirán imponiéndose como tendencia en las pasarelas más aclamadas del mundo de la moda.
Havaianas, la marca brasilera especializada en este tipo de calzado, anunció su primera novedad para el 2021. Se trata de la línea de sandalias Saint Tropez, inspiradas en la ciudad costera del sur de Francia. Sin duda, una apuesta por lo artesanal a base materiales sustentables y reciclados.
“Con esta apuesta, reflejamos todo el confort y el alma de Havaianas en una sandalia. Son versátiles y perfectas para cualquier ocasión”, asegura Alejandro Cruz, gerente general de Alpargatas para Colombia, la empresa líder en calzado que contiene Havaianas.
A lo largo del año, también se espera que la marca continúe apostándole a las macrotendencias como el uso de colores llamativos y desenfrenados en el que sobresalen las tonalidades primarias saturadas; manifestaciones culturales urbanas como el graffiti el arte Bauhaus; así como conceptos futurísticos que mezclan los estampados líquidos, los colores neón, la cultura popular de los 90, los efectos holográficos, el tie-dye y hasta «lo oculto» para crear una nueva realidad de moda.
Alejandro resalta que la marca continuará su apuesta por la calidad, la seguridad y la sostenibilidad de sus productos. “En Havaianas no usamos metales pesados como níquel y plomo, así como ninguna otra sustancia alérgica o perjudicial para la salud de los consumidores. Nuestros procesos de fabricación, además de ser de bajo impacto ambiental, incluyen el sometimiento de los componentes del producto a pruebas de corrosión e hidrólisis en nuestro Laboratorio de Innovación, en el que se simulan efectos de playa y piscina”.
Sin duda, 2020 fue un año de adaptación para los diferentes actores involucrados en la industria de la moda. Con la pandemia, el cambio climático y el activismo no sólo cambiaron las tendencias de consumo en el mundo, sino también la forma en la que las marcas deben representar los intereses de un consumidor cada vez más empático con el medioambiente y una sociedad cada vez más diversa en términos culturales y sociales.