En medio de la lucha global contra el tabaquismo, China emerge como un pilar fundamental para la industria del tabaco. A pesar de una leve disminución en la tasa de fumadores, las ventas de cigarrillos en el gigante asiático han crecido de manera constante en los últimos años. Según datos de Euromonitor, en 2023 se vendieron 2,44 billones de cigarrillos en China, con proyecciones de aumento hasta 2028. Este crecimiento, impulsado por innovaciones como cigarrillos más pequeños y saborizados, contrasta con la disminución del consumo a nivel mundial.
El sector tabacalero en China no solo tiene un impacto cultural, sino también económico. La China National Tobacco Corporation, controlada por el Estado, generó más de 206.000 millones de dólares en ingresos fiscales en 2023, representando una fuente significativa de ingresos para el gobierno. Este panorama convierte al país en un mercado clave para sostener a la industria tabacalera, que a nivel global enfrenta caídas constantes en ventas.

Aunque el gobierno chino ha implementado medidas para reducir el consumo, como restricciones al tabaquismo en espacios cerrados, la respuesta del mercado ha sido rápida. Innovaciones dirigidas a un público más joven y un enfoque en las exportaciones han permitido que el sector mantenga su fortaleza, incluso expandiéndose hacia mercados internacionales. De representar el 38% de las ventas globales en 2009, China ahora controla cerca del 47% del mercado mundial de cigarrillos.
Sin embargo, el éxito económico tiene un alto costo para la salud pública. Con más de 300 millones de fumadores en el país, el tabaco sigue siendo una de las principales causas de enfermedades prevenibles, un dilema que enfrenta un gobierno atrapado entre su compromiso con la economía y la creciente presión por proteger la salud de sus ciudadanos.