¿Sabía que una mujer Wayuu recibe solo 10 mil pesos por una mochila que tarda en hacer una semana (y que es su única fuente de ingresos) y que por eso sus ingresos mensuales ascienden solamente a 40 mil pesos, con los cuales debe alimentar a sus hijos, que por lo general son entre 5 y 10? ¿Sabía que, mientras tanto, quienes le compraron esa mochila y la comercializan en el mercado llegan a venderla hasta en 300 mil pesos? ¿Cuál es el valor de su trabajo?

Más allá de la diferencia abismal del valor, que implica toda una discusión de arte, cultura, esfuerzo y hasta propiedad material e intelectual, esta realidad es la responsable de las alarmantes cifras de desnutrición crónica infantil en La Guajira:

 

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– La Guajira ocupa el primer lugar en incidencia de pobreza monetaria y pobreza monetaria extrema, lo que significa que el 66.3% de su población es pobre -726 mil personas- de las cuales 435 mil tienen ingresos mensuales inferiores a los 127 mil pesos.

– Según la encuesta que mide la situación nutricional en Colombia el 69,3% de la población de La Guajira vive en inseguridad alimentaria y el 26,1% de los niños menores de 5 años – 35 mil niños- tienen desnutrición crónica.

– Más de 250 mil personas en La Guajira tienen o tuvieron desnutrición crónica en su primera infancia y hoy sufren sus consecuencias; 14 puntos menos de coeficiente intelectual, 5 años menos de escolaridad y 54% menos ingresos.

Esta preocupante realidad obliga a tomar acciones inmediatas y efectivas. Es por ello que la Asociación de Bancos de Alimentos de Colombia (ABACO), junto a Colombia Cuida a Colombia y el Banco de Alimentos de La Guajira idearon un gran proyecto llamado BANCO DE HILOS, “Mochilas que salvan vidas”, iniciativa a la que ya se han sumado organizaciones como The Global Food Banking Network, Novartis, Fundación Éxito, Fundación ARGOS, AVIANCA, Construyendo 500.001, Sierra Nevada, Kaionare, La Tienda de la Empatía, Huge, Puntos verdes y Tik Tok.

Este programa social, único e innovador busca impulsar las capacidades y fortalecer la autonomía de la mujer Wayuu, pagándole precios justos por sus mochilas, que son su única fuente de sustento (y que, a propósito, tienen un valor cultural y artístico invaluable) , comercializándolas también a precios justos y canalizando lo que se recauda por las ventas para impulsar el programa mismo, que incluye auxilios alimentarios, seguimientos médicos y nutricionales para los hijos de estas mujeres, entrega de materiales y capacitación, entre otros beneficios, además de devolverle el valor artístico a los diseños únicos de estas piezas de arte, por eso el evento de lanzamiento del programa contó con la presencia incluso de diseñadores como Hernán Zajar, Jorge Duque, María Luisa Ortiz, Juan Pablo Socarras y Pilar Castillo.

 

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“Tenemos que emprender una apuesta seria para la prevención de la desnutrición crónica que afecta no sólo a las personas que padecen hambre sino también a la economía y el desarrollo del país. Con este proyecto vamos a mejorar las condiciones de vida de 1.950 personas en condiciones de vulnerabilidad, vamos a potenciar las capacidades artesanales de las mujeres Wayuu, ayudarles a comercializar sus mochilas para que tengan mejores ingresos, pero también hacer un fortalecimiento comunitario y un acompañamiento nutricional con las mujeres gestantes y niños más pequeños para garantizar que en estas comunidades tengamos cero muertes por desnutrición y cero desnutrición crónica. Esta es la única manera de tener niños más inteligentes, más saludables, y más felices, capaces -en un futuro- de sacar a sus comunidades de la pobreza”, sostiene Juan Carlos Buitrago, director de la Asociación de Bancos de Alimentos de Colombia, ÁBACO.

“La invitación es a que todas las personas y organizaciones sumemos esfuerzos en este proyecto. Estamos convencidos de que sólo con la confluencia de voluntades y capacidades del sector público, privado, el tercer sector, la academia, los medios de comunicación y los organismos multilaterales vamos a encontrar soluciones sostenibles para acabar el hambre en Colombia”, agrega Constanza Gómez, directora del movimiento Colombia Cuida Colombia.

 

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Con la puesta en marcha de proyectos productivos como el BANCO DE HILOS, la Asociación de Bancos de Alimentos de Colombia (ABACO) en alianza con Colombia cuida a Colombia, y con el apoyo de organizaciones y empresas aliadas, apuntan a desarrollar soluciones efectivas que permitan atender la grave situación de inseguridad alimentaria en el país, desde el convencimiento de que la suma de voluntades de todos los sectores es crucial para hacer realidad el sueño de una Colombia sin hambre. El llamado es a unirnos, y para eso hay distintas formas de ayudar:

– Entra a https://tienda.abaco.org.co y adquiere en línea las mochilas que salvan vidas.

– Puedes apadrinar un niño o hacer tus donaciones en dinero a través de https://abaco.org.co/hilos/

– Si eres una persona o empresa y quieres donar recursos, conocimientos y/o servicios puedes hacerlo a través de [email protected] o por el Whatsapp Bussiness https://wa.me/573132457978

 

 

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