“Wenses y Lala”, la obra escrita por el dramaturgo mexicano Adrián Vásquez, llegará a las tablas del Teatro Cafam en febrero. En esta historia participan dos personajes: Lala, interpretada por Adriana Arango, una mujer extrovertida, vivaz y muy conversadora, y Wenses, un hombre tímido y de pocas palabras, pero valiente y con profundas emociones, rol que asume el conocido actor Robinson Díaz.
Wenses y Lala crecieron y decidieron hacer una vida juntos. Durante ese compartir han enfrentado dificultades y navegado por las diferencias propias de su personalidad, pero también por los momentos más felices de su existencia. El resultado de este dialogo es una obra íntima y conmovedora en la cual la risa está presente, gracias a estos dos personajes genuinamente humanos y espontáneos.
La actuación magistral de Robinson Díaz y Adriana Arango, quienes además comparten una conexión fuera de las tablas como pareja en la vida real, añade una capa de autenticidad que eleva la experiencia teatral a nuevas alturas. Su habilidad para dar vida a estos personajes de manera tan auténtica y conmovedora transforma cada momento en el escenario en un testimonio vivo del amor y la complicidad compartida. Con «Wenses y Lala», el Teatro Cafam no solo busca entretener, sino también enriquecer el tejido cultural colombiano. Esta obra es solo una muestra del compromiso del teatro con ofrecer una amplia gama de actividades socioculturales, intelectuales y artísticas que destaquen por su creatividad y calidad.
A través de esta producción, el Teatro Cafam invita a las familias colombianas a sumergirse en una experiencia teatral única, donde el amor, la esperanza y la resiliencia se entrelazan en un emocionante relato que resonará en los corazones de todos los espectadores.»Wenses y Lala» es más que una obra de teatro; es un recordatorio de que, incluso en los momentos más difíciles, el amor puede ser el hilo conductor que nos guía hacia la luz. En un mundo donde la adversidad puede parecer abrumadora, esta historia nos recuerda la fuerza del espíritu humano y la capacidad de encontrar la belleza incluso en los momentos más oscuros.