Aunque la depilación láser es un método que cada día cobra más fuerza, ya que sus ventajas son indudables, por ser un método rápido y seguro, que mantiene la piel libre de vello durante mucho tiempo (en muchos casos de forma definitiva), y permite depilar zonas amplias. No hay que perder de vista que también tiene algunos inconvenientes, como los siguientes:

 

MOLESTIAS:

Cuando te aplican el láser es normal que sientas una sensación de quemazón o pinchazos que, durante las dos o tres primeras sesiones (cuando el pelo todavía es abundante), suele ser bastante molesta, sobre todo si te estás depilando una zona donde la piel es especialmente sensible, como las ingles. Los sistemas de refrigeración que incorporan algunos equipos reducen bastante el dolor y, a partir de la cuarta sesión, los ligeros pinchazos son perfectamente tolerables. En cualquier caso, arrancar el vello con cera tampoco resulta agradable, y la depilación láser tiene la ventaja de que el crecimiento del vello se retrasa muchísimo y las sesiones cada vez se espacian más.

Puedes consultar al médico la posibilidad de emplear una crema anestésica si la zona a tratar es muy sensible o tiene una gran densidad folicular, pero es bastante engorrosa de utilizar porque debes aplicarla alrededor de una hora antes de la sesión y cubrir la zona con un plástico. Como ocurre con otros tratamientos estéticos, la depilación láser continúa evolucionando, y desde hace unos años se dispone de un nuevo láser, el Vectus™, que además de ser más eficaz por su capacidad para eliminar más cantidad de vello por sesión -lo que lo hace ideal para zonas extensas como las piernas-, resulta prácticamente indoloro porque aplica la energía de forma homogénea evitando que se produzcan molestos picos de calor.

 

 

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ZONAS REBELDES:

Es importante resaltar, sin embargo, que existen zonas donde el vello tiende a reaparecer con insistencia, como ocurre con el área facial. Ya hemos explicado que esto se debe a que durante la sesión se eliminan los pelos activos, pero el láser no afecta a los folículos pilosos en reposo, que pueden activarse con el tiempo. Aun así, librarse del exceso de vello facial mediante láser sigue siendo conveniente, ya que los nuevos pelos saldrían igualmente con cualquier otro método depilatorio, o incluso aunque no se utilizara ninguno.

Los andrógenos u hormonas afines también estimulan el crecimiento del pelo, tanto en los varones a medida que maduran (tórax, abdomen, espalda, región lumbar…), como en ciertas mujeres que padecen trastornos hormonales (como hiperandrongenismo) y, en esos casos, los pacientes requerirán sesiones de repaso con el tiempo para eliminar los nuevos pelos.

 

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CANAS Y VELLO FINO:

El láser no elimina el pelo canoso, ni el vello fino y claro. El vello fino (el más habitual en el rostro de las mujeres), no absorbe bien la luz emitida por el láser, ni siquiera aunque sea algo oscuro, y por ello el médico debe valorar las características de la piel del paciente para comprobar si es posible utilizar el láser para depilar este tipo de vello en su caso concreto.

PIELES OSCURAS:

Aunque existen equipos láser que se pueden utilizar con relativa seguridad sobre pieles oscuras, el paciente debe ser evaluado previamente por un médico. Además, el procedimiento puede resultar menos eficaz y más molesto.

EN EL EMBARAZO:

Durante la gestación está contraindicado realizar la depilación láser en zonas cercanas a la región abdominal y pélvica, para evitar cualquier posible daño a la placenta o al feto. En el caso de áreas alejadas del feto, la embarazada deberá consultar previamente a su médico, o suspender el tratamiento hasta después del parto.

 

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FOTOSENSIBILIDAD:

Si estás tomando algún tipo de medicación debes advertirlo al médico para comprobar si los fármacos producen fotosensibilidad, como ocurre con la isotretinoina. Debes avisar también si te diagnostican alguna nueva patología o te prescriben un nuevo medicamento antes de someterte a una nueva sesión de depilación láser por si pudiera producirse alguna interacción.

Aunque el riesgo es mínimo si la depilación la realiza un profesional cualificado con la valoración previa de un médico, puede ocurrir que la melanina de la piel del paciente absorba parte de la energía lumínica destinada al folículo piloso y, como consecuencia de ello, la piel se caliente en exceso y se produzca una irritación importante o incluso una quemadura.

Por eso es imprescindible que sigas las recomendaciones de los especialistas y no expongas la piel al sol ni te apliques autobronceadores antes de las sesiones, y, dependiendo de tu fototipo cutáneo, este tiempo mínimo libre de exposición solar puede ser incluso de dos meses (en realidad, cuanto más, mejor). Para disminuir el riesgo de que la piel se caliente en exceso los equipos llevan incorporado un sistema de refrigeración.

 

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Fuente: Eva Salabert / Webconsultas.com

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