La concentración es un elemento fundamental para el aprendizaje, y se diferencia de la atención en que esta última es pasiva, ya que es el estímulo o la situación la que capta la atención del individuo. En cambio, la concentración tiene un papel más activo, ya que es el individuo quien busca de manera consciente y perseverante el estímulo.
“Para lograr una buena concentración, es importante probar diferentes estrategias y adaptarlas a las necesidades específicas de cada niño o joven, ya que cada uno es único, con estilos de aprendizaje e intereses diferentes” Erika Cortés, directora de Calidad de la Facultad de Educación de la Universidad El Bosque.
Existen algunas pautas generales que pueden ayudar:
· Establecer un entorno de estudio adecuado.
· Organizar y planificar el tiempo de estudio.
· Establecer metas y objetivos claros.
· Distribuir el tiempo en bloques, especialmente para aquellos que tienen dificultades con la concentración.
· Eliminar las distracciones, como dispositivos electrónicos o ruidos innecesarios.
· Practicar técnicas de relajación, como la respiración profunda o el mindfulness.
· Identificar la técnica de estudio más efectiva para cada persona, ya sea resúmenes, mapas mentales, lectura en voz alta, etc.
· Establecer horarios regulares de estudio para crear una rutina.
· Realizar ejercicios de atención, como juegos de memoria o rompecabezas.
· Descansar y dormir lo suficiente, ya que la falta de sueño puede afectar negativamente la concentración.
Al seguir estas recomendaciones, se puede mejorar la capacidad de concentración y, en consecuencia, favorecer el proceso de aprendizaje. Cabe destacar que cada individuo puede encontrar diferentes estrategias que funcionen mejor para ellos, por lo que es importante experimentar y adaptar estas pautas según las necesidades y preferencias de cada persona.
¿Qué herramientas de aprendizaje son útiles para los niños?
Los recursos y herramientas para el aprendizaje varían según la edad y el estilo de aprendizaje de cada individuo. A continuación, se presentan algunos ejemplos de recursos que se pueden utilizar para aprender de manera concreta o abstracta:
Recursos concretos:
· Libros y materiales de lectura
· Juegos de mesa
· Material deportivo
· Rompecabezas
· Material de arte y manualidades
· Instrumentos musicales
· Elementos de laboratorios científicos y experimentos
· Mapas y globos terráqueos
· Recursos de realidad aumentada
· Material manipulativo (como bloques de construcción o ábacos)
· Tecnología educativa (como tabletas o aplicaciones educativas)
Recursos abstractos:
· Análisis de casos
· Rutinas de pensamiento
· Tarjetas de preguntas y respuestas
· Juegos de roles
· Organizadores gráficos
· Cuestionarios interactivos en línea
· Actividades de resolución de problemas, retos y desafíos
· Juegos de palabras y acertijos
· Foros de discusión en línea
Es importante tener en cuenta que estos recursos pueden adaptarse y utilizarse de acuerdo con los objetivos de aprendizaje y las necesidades específicas de cada niño o joven. La elección de los recursos adecuados dependerá de factores como el tema a tratar, el nivel de desarrollo de los estudiantes y las preferencias individuales.