Antes de iniciar el confinamiento, tener problemas para respirar era un signo clínico que solía normalizarse por un gran número de pacientes con asma, poniendo en riesgo su salud, al retrasar la identificación, el diagnóstico médico y el control de la patología. No obstante, el momento que estamos viviendo nos obliga a tener una mayor consciencia sobre nuestra salud respiratoria, y también invita a los pacientes que sufren este tipo de patologías a empoderarse de su bienestar para que dejen de normalizar síntomas y busquen controlar la enfermedad, visitando a su médico tratante para recibir ya sea el diagnóstico, como el tratamiento adecuado.
NORMALIZACIÓN DE LOS SÍNTOMAS: UN ENEMIGO DEL ASMA
En Colombia, aproximadamente 1 de cada 8 personas sufre de asma, un estimado de 5.272.038 colombianos. Esto sería cerca del 12,5% de la población mayor de 18 años. No obstante, solo el 30.1% conoce su condición y cerca del 40% de ese total recibe un tratamiento para controlar sus síntoma. En este sentido, el panorama refleja significativos retos en materia de diagnóstico y manejo de la enfermedad en el país.
Las razones de esta brecha obedecen, en gran medida, a que los pacientes normalizan los síntomas, tales como silbido al respirar, tos, dolor en el pecho, entre otros; no consultan a un especialista y se restringen a vivir una cotidianidad limitada, generando a futuro episodios de crisis denominados “exacerbaciones” que empeoran la capacidad de respiración del paciente generando un deterioro del pulmón.
Por este motivo, es importante que desde el sector público y privado se abran espacios para debatir y concientizar a la comunidad médica y a la población general sobre el impacto de la enfermedad en la salud pública, “además de resaltar la importancia del tratamiento oportuno y su control en el largo plazo, no sólo para que los pacientes puedan tener una mejor calidad de vida, sino para que estén en mejores condiciones de salud y no tengan que recurrir a centros médicos y poniendo en riesgo su salud en caso de contraer virus u otras enfermedades que pueden agudizar su condición clínica” sostuvo Juliana Beltrán, Gerente Médica del área respiratoria de GSK Colombia.
¿CÓMO CONTROLAR EL ASMA?
Para el control del asma es fundamental acudir a revisiones médicas periódicas y seguir las recomendaciones de los especialistas en cuanto a tratamientos y uso de medicamentos de mantenimiento para control de la enfermedad. Asimismo, es clave que los pacientes diagnosticados y aquellos que aún no lo han sido, presten atención a estos signos y síntomas, y no normalicen ninguna señal de dificultad respiratoria.
CONOZCA EL TEST DE CONTROL DEL ASMA (ACT)
A continuación, compartimos algunas preguntas que forman parte del Test de Control del Asma, conocido como ACT por sus siglas en inglés, que sirve para ayudar a las personas con asma a registrar su diario de la enfermedad y compartir con su médico tratante:
1. ¿Con qué frecuencia le impidió el asma llevar a cabo sus actividades en el trabajo, la escuela o el hogar?
2. ¿Con qué frecuencia ha sentido que le faltaba el aire?
3. ¿Con qué frecuencia le despertaron por la noche o más temprano de lo habitual por la mañana los síntomas de asma (sibilancias/pitos, tos, falta de aire, opresión o dolor en el pecho)?
4. ¿Con qué frecuencia ha utilizado su inhalador de rescate (por ejemplo, salbutamol)?
5. ¿Cómo calificaría el control de su asma durante las últimas 4 semanas?
Hacerse estas preguntas puede ser de gran ayuda para controlar los síntomas del asma. Puede hacerlas en este link para tener un resultado inmediato en línea Ver Formulario
¿QUÉ PASA CON LA “NORMALIDAD” EN LOS PACIENTES CON ASMA GRAVE?
El asma grave es un subgrupo del asma, que se caracteriza por tener una carga sintomatológica superior lo cual se traduce en mayores dificultades respiratorias y exacerbaciones que generan mayor impacto en la función pulmonar. Quienes la padecen suelen tener 5 veces más probabilidades de presentar episodios de crisis en relación con aquellos que sufren de asma leve/moderada. De los aproximadamente 339 millones de personas que viven con asma en el mundo, se estima que entre el 5% y el 10% tienen asma grave.
¿QUÉ ES NORMAL PARA LOS PACIENTES CON ASMA GRAVE?
Los pacientes con asma grave presentan dificultades para respirar tan severas que sus actividades cotidianas pueden verse restringidas por su capacidad pulmonar; de hecho, un paciente con esta condición que no recibe el tratamiento adecuado no podrá sobrellevar una vida normal, pues todo movimiento físico dependerá del aire limitado que circule por su sistema respiratorio.
En este sentido, para un paciente con asma grave puede no ser normal:
· Salir a caminar a un ritmo acelerado sin parar.
· Limpiar la casa.
· Hacer actividades de exigencia física como ir al gimnasio, levantar pesas, entre otros
· Subir escaleras.
· Nadar.
· Ir al parque a jugar con niños.
· Una vida sexual activa.
La posibilidad de hacer estas actividades, entre muchas otras, se ve afectada a su vez por la presencia de episodios de exacerbaciones, que pueden llevar al paciente a la incapacidad total y/o hospitalización. Por este motivo, desde la industria farmacéutica y la academia, se ha trabajado en la generación de soluciones para que estos pacientes puedan tener una vida normal, innovando en medicamentos biológicos que gracias a su tecnología y capacidad de acción ayudan a reducir agudizaciones y a promover mayor calidad de vida.
Para un correcto diagnóstico de asma grave debe descartarse un mal control del asma, por lo que hacerles un adecuado seguimiento a los síntomas respiratorios es clave para dimensionar el tipo de enfermedad y su tratamiento, en pro de la calidad de vida del paciente.
MANTENIMIENTO DE TERAPIAS Y CONTROLES MÉDICOS
En la coyuntura actual, es importante que pacientes diagnosticados continúen con su tratamiento de mantenimiento (inhaladores, medicamentos orales o biológicos), en aras de prevenir la aparición de episodios de crisis y afección de su capacidad respiratoria, debilitando el pulmón. Si usted es asmático, nuestro consejo es que consulte a su médico por tratamientos para el control de la enfermedad y prevención de agudizaciones. Recuerde que la prevención es clave.