Según la OMS, el 5 % de la población mundial padece anosmia, una afección que produce la pérdida temporal o permanente del sentido del olfato. Esta dolencia no generaba mucha preocupación, ni la necesidad de buscar tratamiento médico hasta la pandemia del Covid-19, ya que la pérdida de olfato era uno de los síntomas más característicos del virus.
El sentido del olfato tiene su base en células sensoriales llamadas neuronas olfativas, ubicadas en la parte superior de la nariz. “La anosmia puede ocurrir por daños en esas estructuras transmisoras de señales olfativas al cerebro”, explica la otorrinolaringóloga Lorena Ramírez, adscrita a Colsanitas. El sentido del olfato funciona como un indicador temprano de alerta en diversas situaciones de riesgo, por esta razón, la especialista explica las causas relacionadas a esta afección, y su posible tratamiento.
Causas de la pérdida del olfato:
Problemas obstructivos. Tumores, sinusitis, rinitis e infecciones respiratorias como: la influenza o el Covid-19 pueden obstruir el conducto respiratorio, afectando así el sentido del olfato.
Causas traumáticas. Un historial de lesiones directas en los nervios, como un traumatismo craneoencefálico, puede alterar el olfato.
Enfermedades neurodegenerativas. La anosmia puede ser el primer síntoma de enfermedades como el Parkinson o el Alzheimer. Es crucial consultar a un médico y realizar seguimiento de la mano de un neurólogo. El riesgo aumenta si existen antecedentes familiares.
Idiopática. En algunos casos, después del proceso diagnóstico no se llega a una causa específica.
Tratamiento:
Durante muchos años se creía que la recuperación completa del sentido del olfato no era posible, sin embargo, con el aumento de la investigación por la pandemia se encontró que las células basales, podrían contribuir en la regeneración de las neuronas y la recuperación del olfato progresivamente.
La terapia de entrenamiento olfatorio es la única alternativa para recuperar este sentido, consiste en ofrecer diferentes olores a los pacientes, por un período determinado de tiempo, y llevar un seguimiento.
«Comenzamos con cuatro olores específicos: rosa, eucalipto, clavo y limón con citronela; la prueba incluso se puede hacer en casa con esencias de los olores. Se aplica una pequeña cantidad de cada aroma en un papel y la idea es exponerse al olor durante diez segundos; tener una pausa de 15 a 20 segundos y cambiar al siguiente aroma. Se repite el ciclo cada 12 semanas y se van cambiando los olores», explica la doctora Ramírez.
Otros trastornos del olfato:
Hiposmia. Reducción en la capacidad de detectar olores.
Parosmia. Distorsión en la percepción normal de los olores.
Fantosmia. Se percibe un olor que en realidad no está.
Cacosmia. Sensación de que todo huele mal.
Recuerde que sí existe tratamiento para esta condición y sobre todo tenga en cuenta que si usted tiene anosmia es importante tomar medidas de seguridad como instalar alarmas de humo y gas, y etiquetar los alimentos con fechas de vencimiento para prevenir accidentes domésticos e intoxicaciones. Se recomienda acudir al médico si presenta esta dolencia, porque, aunque la causa puede ser una gripa, esto no descarta posibles anomalías en el sentido del olfato.