OpenAI ha lanzado Sora, una nueva aplicación que permite crear videos con rostros humanos y escenarios hiperrealistas, marcando un nuevo hito —y generando polémica— en el desarrollo de contenido con inteligencia artificial.
A diferencia de otras plataformas, Sora ofrece mayor libertad creativa, sin las estrictas restricciones que empresas como Meta aplican a sus herramientas de IA.
La aplicación permite generar clips al estilo de redes sociales, incluso con rostros de personas reales o del propio usuario, lo que ha encendido el debate sobre la ética, la privacidad y la posible desinformación.
La nueva versión de Sora no sólo ofrece vídeo, sino que ahora es capaz de crear sofisticados paisajes sonoros de fondo, diálogos y efectos de sonido con un alto grado de realismo. Además, permite integrar elementos del mundo real, como animales, objetos o incluso personas, para lograr simulaciones con un representación precisa de apariencia y voz.
Mientras Meta presenta su alternativa “Vibes” con fuertes limitaciones, Sora apuesta por la innovación sin frenos, algo que recuerda al espíritu original de OpenAI con ChatGPT. Sin embargo, esta libertad también ha levantado críticas por la aparición de imágenes violentas o racistas, lo que pone en duda la seguridad y el control de este tipo de tecnología.
Expertos señalan que OpenAI sigue aplicando su estrategia de “lanzar primero y ajustar después”, lo que la ha llevado a dominar la conversación sobre inteligencia artificial, aunque a costa de nuevos dilemas éticos.
Por ahora, Sora se perfila como la herramienta que podría revolucionar la creación de contenido visual, pero también como el nuevo punto de inflexión en la discusión sobre los límites de la inteligencia artificial.
