Monguí, sin duda uno de los pueblos más cautivadores de Boyacá y Colombia, es un viaje al corazón del pasado, donde la historia se revive en cada esquina de sus calles empedradas y sus bellas construcciones coloniales. Este encantador municipio, ubicado en lo alto de las montañas boyacenses, guarda no solo un legado cultural invaluable, sino también una riqueza natural sorprendente.
Más allá de su impresionante patrimonio arquitectónico, Monguí se destaca por su vasta biodiversidad y sus paisajes de ensueño. Rodeado de montañas, ríos y senderos ecológicos, el municipio se ha convertido en un paraíso para los amantes de la naturaleza y el ecoturismo. Desde el majestuoso Páramo de Ocetá hasta los senderos que serpentean por las colinas, cada rincón de Monguí ofrece una experiencia única.
La historia de Monguí se remonta a tiempos ancestrales, cuando los indígenas Samues o Sancas habitaban la región, bajo el dominio del cacique Sugamuxi. La leyenda sugiere que su nombre podría derivarse de la montaña Montjuic en Barcelona, aunque otros creen que su origen proviene de una expresión muisca que significa “baño de esposa”, un enigma que añade un toque de misticismo a este pueblo cargado de tradiciones.
Más allá de su impresionante patrimonio arquitectónico, Monguí se destaca por su vasta biodiversidad y sus paisajes de ensueño. Rodeado de montañas, ríos y senderos ecológicos, el municipio se ha convertido en un paraíso para los amantes de la naturaleza y el ecoturismo. Desde el majestuoso Páramo de Ocetá hasta los senderos que serpentean por las colinas, cada rincón de Monguí ofrece una experiencia única.
Este pintoresco pueblo es, sin duda, una joya escondida en las montañas de Boyacá, donde el pasado y el presente se fusionan para crear un destino que encanta a todos sus visitantes.
Monguí no solo es una parada obligatoria para los aficionados de la historia y la cultura, sino también para quienes buscan conectar con la naturaleza en su estado más puro. ¡Una visita inolvidable!