San Antonio del Tequendama fue fundado el 17 de Febrero de 1761 y ha jugado un papel importante en la historia de la región, sirviendo como un enlace entre las comunidades indígenas precolombinas y los asentamientos coloniales. El municipio conserva su arquitectura colonial, con la iglesia de San Antonio de Padua como uno de sus principales símbolos religiosos y culturales. Los habitantes, orgullosos de sus raíces campesinas, mantienen vivas las tradiciones ancestrales, como el tejido en fique y las festividades religiosas.
Ubicado en el corazón del departamento de Cundinamarca, a tan solo 40 kilómetros de Bogotá, se encuentra San Antonio del Tequendama, un municipio que combina belleza natural, historia y cultura. Conocido por su impresionante geografía montañosa y su cercanía a la famosa Cascada del Tequendama, este destino se ha convertido en un refugio para aquellos que buscan escapar del bullicio urbano y reconectarse con la naturaleza.
El municipio está enclavado en las montañas del Tequendama, y sus paisajes se caracterizan por verdes colinas y valles profundos. Uno de los principales atractivos es la Cascada del Tequendama, un imponente salto de agua de 157 metros de altura, que se encuentra a pocos minutos del pueblo. Aunque ha sido históricamente un ícono turístico, las autoridades locales y organizaciones ambientales trabajan para revitalizar el entorno natural, gravemente afectado por la contaminación del río Bogotá.
San Antonio del Tequendama ha centrado sus esfuerzos en promover un desarrollo turístico sostenible, buscando posicionarse como un destino clave en el turismo rural de Cundinamarca. Con proyectos de reforestación y educación ambiental en marcha, el municipio apuesta por la preservación de sus recursos naturales y el fortalecimiento de su economía local.
Con su mezcla de paisajes exuberantes, historia viva y una comunidad comprometida con su futuro, San Antonio del Tequendama se erige como un destino que invita a detenerse y redescubrir el encanto de la Colombia rural.