En plena crisis generada por una pandemia global que interrogó la sociedad mundial y cuestionó la relevancia de sus prioridades y objetivos, la Orquesta Filarmónica de Bogotá, con mucha audacia, entendió que era un buen momento para enviar señales de esperanza, y una oportunidad para poner en juego una sensibilidad más afín con el reconocimiento de la cultura local y las tradiciones ligadas a la historia musical del país; a partir de dicho razonamiento se dio inicio a la creación de la Orquesta Filarmónica de Música Colombiana, la cual marca una apuesta en favor de los jóvenes y la música autóctona del país.

Reconociendo la importancia cultural de los instrumentos de cuerda y las tradiciones musicales locales, la Orquesta Filarmónica de Bogotá busca ofrecer condiciones dignas y artísticas para la música andina, en un esfuerzo por celebrar la belleza sonora y las ricas historias que conforman la identidad musical de Colombia. Este paso valiente demuestra el compromiso de la institución en promover la apertura estética y el reconocimiento de nuestras raíces.

Yerbabuena 21

Conformada por jóvenes músicos formados en la tradición musical clásica, los integrantes de la Orquesta han encontrado bajo la dirección del maestro JORGE LUÍS ARBELÁEZ, un espacio para desarrollar sus destrezas a través de clínicas de estilo y clases magistrales donde se estudia la forma, se comprenden las soluciones técnicas de la composición o el arreglo, se enfatizan necesidades expresivas del conjunto, se potencian las individualidades y se consolida la sonoridad y la estética del ensamble; a su vez permite a sus integrantes, tener unas condiciones laborales e institucionales que nadie había tenido en la ciudad de Bogotá para hacer música andina colombiana de alto nivel.

Como resultado de esta formación y gran apuesta, la Orquesta Filarmónica de Música Colombiana presenta su primera producción titulada “YERBABUENA”, un disco doble el cual exhibe un amplio abanico de recursos expresivos y técnicos, que dan cuenta de un notable dominio del lenguaje de la música andina colombiana, y el rigor, la solidez y el virtuosismo alcanzados durante el proceso. Ha sido grabado por jóvenes músicos de primer nivel, algunos de los cuales ya cuentan con una trayectoria como solistas, o como miembros de agrupaciones de amplio reconocimiento nacional. Otros, están en proceso de encontrar su camino.

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