Como primera línea de defensa contra la pandemia de coronavirus, el personal de salud dedica muchas horas a la atención médica que las personas necesitan.
Durante sus turnos, el uso de equipo de protección personal (EPP), que incluye protectores faciales o lentes, mascarillas, batas y guantes, les ayuda a permanecer seguros mientras atienden a los demás. Sin embargo, usar el equipo de protección durante largos períodos de tiempo les puede dificultar la nutrición e hidratación diaria que requieren para salvaguardar su propia salud.
Entonces, cuando la acción parece no detenerse, ¿cómo los médicos, enfermeras y otros empleados de la salud satisfacen sus necesidades de nutrición e hidratación? El Dr. Oscar Quintero, Director Médico en Abbott, nos cuenta sobre algunas medidas para mantenernos saludables y fuertes, así como también la forma en la que puedemos incorporar mejores prácticas de nutrición en nuestra rutina diaria.
EL PAPEL DE LA NUTRICIÓN Y LA HIDRATACIÓN PARA APOYAR LA SALUD DEL SISTEMA INMUNE
La nutrición y la hidratación no solo son importantes cuando se lucha contra un virus, también son factores cruciales que respaldan la salud.
A corto plazo, mantenerse hidratado y llevar una dieta rica en nutrientes es fundamental. Es de suma importancia prevenir la deshidratación, la cual puede causar dolores de cabeza, mareos, fatiga, desmayos, un ritmo cardíaco acelerado y otros síntomas. Por otra parte, a largo plazo, una nutrición adecuada puede ayudarte a evitar las deficiencias de vitaminas y minerales, así como respaldar el sistema inmune, el cual es clave para mantenerse saludable y apoyar la recuperación cuando nos enfermamos. Aquí compartimos cuatro nutrientes que deben priorizarse en la dieta:
1. PROTEÍNA
¿Qué hace?
La ingesta regular de proteínas puede ayudar a las personas a sentirse satisfechas durante períodos más prolongados a lo largo del día. Para obtener más de este nutriente, intenta distribuir la ingesta a lo largo del día y consume proteínas de alta calidad con cada comida.
Algunas fuentes de proteínas de alta calidad incluyen pollo, pescado, huevos, lácteos, productos de soya, frijoles, legumbres, nueces y semillas.
Si no cumplir con tus horarios de comida, es recomendable que puedas tomar una bebida de nutrición especializada, la cual tiene nutrientes para apoyar el sistema inmune y es una buena fuente de proteínas.
2. FIBRA
¿Qué hace?
La fibra contribuye a la sensación de saciedad. Un estudio reciente concluyó que en comparación con los participantes que consumieron un alimento con bajo contenido de fibra, los participantes que comieron un alimento hecho con almidón resistente (un tipo de fibra) experimentaron una disminución de los niveles de hambre durante tres horas después de comerlo. La fibra también ayuda con la digestión de los alimentos y ayuda al cuerpo a absorber nutrientes críticos.
Una dieta debe incorporar alimentos ricos en fibra, como cereales integrales, frijoles, legumbres, frutas y verduras.
3. GRASAS SALUDABLES
¿Qué hacen?
La grasa tiene 9 calorías por gramo, en comparación con las 4 calorías por gramo de los carbohidratos y las proteínas. Comer alimentos con grasas saludables o buenas como nueces, aceitunas, pescado graso y soya puede ayudarte a satisfacer las necesidades calóricas diarias más fácilmente, especialmente cuando se está en constante movimiento.
Los alimentos con grasas saludables incluyen pescados grasos, nueces, semillas y algunos aceites vegetales como el aguacate o el coco.
4. VITAMINAS Y MINERALES
¿Qué hacen?
Cumplir con las recomendaciones diarias de vitaminas y minerales es importante en la construcción de un sistema inmune saludable. Específicamente, las vitaminas A, C, E y el zinc pueden ayudar a fortalecer el sistema inmune.
Las vitaminas A, C y E se pueden encontrar en productos de origen vegetal y animal, como frutas y verduras, productos lácteos, carne y nueces. Y el zinc se puede encontrar en la carne de res, pollo, yogur y legumbres.
CÓMO LOGRAR UNA HIDRATACIÓN DURADERA
Para promover la salud inmune y mantener la energía durante el día, es importante implementar algunas de estas tácticas de hidratación:
· Beber mucha agua después del trabajo. Cuando terminan sus turnos, los trabajadores de la salud deben beber una cantidad generosa de agua para mantenerse hidratados durante todo el día. Sin embargo, no deben sobrecargar su cuerpo con agua, porque eso puede causar sobrehidratación y perdida de electrolitos. Toma agua hasta que la orina sea clara o de un color amarillo pálido, lo que significa una hidratación adecuada. Para asegurar un consumo adecuado de líquidos, puedes agregar sabor al agua con rodajas de frutas o hierbas frescas.
· Utiliza una solución con electrolitos. Cuando es difícil tomar un descanso para tomar agua, beber una solución de electrolitos es una forma en que los trabajadores de primera línea pueden mantenerse hidratados. Ya sea que te estés preparando para un maratón o estés a punto de hacer un turno doble, una solución de rehidratación avanzada puede ayudarte a prevenir la deshidratación leve a moderada que suele provocar el calor, el ejercicio u otras pérdidas de líquidos.
· Come frutas y verduras ricas en agua. Una de las mejores formas en que los trabajadores de la salud pueden optimizar su hidratación a lo largo del día es consumiendo alimentos ricos en agua y nutrientes, como pepino, apio, pimientos y sandía. De acuerdo con la Academia de Nutrición y Dietética, se puede obtener hasta un 20% de las necesidades diarias de líquidos solo de los alimentos.