Tras la celebración de Halloween, México se prepara para el Día de Muertos, una festividad declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad que mezcla tradiciones indígenas y católicas. Civitatis, plataforma líder en experiencias turísticas, ha reunido las recomendaciones de guías mexicanos para que los viajeros disfruten esta celebración única como locales, destacando lugares icónicos y experiencias místicas.
Desde Ciudad de México hasta Atlixco, la oferta es rica en leyendas, colores y cultura. En Ciudad de México (CDMX), los visitantes pueden unirse al Desfile de los Muertos el 2 de noviembre, o recorrer lugares emblemáticos como el Hotel MX Centro y el Convento de la Concepción, donde se cuentan historias de fantasmas y misterios. En Xochimilco, un paseo en trajinera ofrece la oportunidad de cenar con «La Llorona» y disfrutar de una obra nocturna sobre esta figura legendaria, maridada con mezcales.
Otros destinos recomendados incluyen el cementerio iluminado de San Andrés Mixquic, en Tláhuac, y el Valle de Catrinas en Atlixco, Puebla, donde los asistentes pueden admirar catrinas monumentales de más de ocho metros, rodeadas de campos de cempasúchiles.
María Carolina Padilla, country manager de Civitatis, enfatiza que el Día de Muertos ofrece a los visitantes una experiencia cultural y espiritual incomparable, que permite conectarse con las raíces mexicanas de manera única y enriquecedora. “Es una celebración que invita a los viajeros de todo el mundo a sumergirse en la esencia de México, un lugar donde la cultura y las tradiciones florecen con intensidad. Vivir el Día de Muertos es entender cómo en México se honra la memoria y se celebra la vida. Es, sin duda, una experiencia que merece vivirse al menos una vez en la vida», concluye.
Vivir el Día de Muertos es más que presenciar una celebración; es adentrarse en el alma de México, donde la memoria se convierte en fiesta y la vida trasciende en cada altar.