Desde su llegada a Colombia, IKEA no solo ha revolucionado la industria del mobiliario, sino también la gastronomía. Siguiendo la filosofía de su fundador, Ingvar Kamprad, la marca ha convertido sus restaurantes en un espacio donde la tradición sueca se encuentra con los sabores locales. Platos icónicos como las albóndigas suecas ahora comparten protagonismo con delicias colombianas como el sancocho valluno y los pandebonos, ofreciendo una experiencia culinaria accesible y auténtica.

Uno de sus lanzamientos más innovadores es el Meatballs Sundae, una reinterpretación de las clásicas albóndigas con una salsa cremosa Savoury Mix Allemansratten. Además, IKEA ha fortalecido su compromiso con la sostenibilidad al incluir opciones como las Meatballs Plant Base, que reducen hasta en un 96% su huella climática en comparación con las albóndigas tradicionales, alineándose con su meta de ser climáticamente positiva para 2030.

IKEA CALI

“Nuestras recetas reflejan la diversidad y la conexión entre culturas. Trabajamos con proveedores locales para ofrecer ingredientes frescos y apoyar la economía del país, mientras promovemos prácticas sostenibles”, afirmó Luis Cano, Food Manager de IKEA Cali. Esta iniciativa no solo resalta la creatividad culinaria de la marca, sino que también refuerza su misión de generar un impacto positivo en el planeta.

Con postres irresistibles como los rollos de canela y la torta de chocolate sin gluten, bebidas recargables y un menú diverso que combina innovación y tradición, IKEA transforma cada visita en una experiencia gastronómica única. Más allá de ofrecer muebles, la compañía sueca demuestra que la comida también puede ser un puente entre culturas, uniendo a las personas en torno a la mes.

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