¿Estas embarazada? Conoce esta lista de alimentos que no debes consumir, pero nadie te lo ha dicho.
LECHE CRUDA: Los riesgos del consumo de leche cruda son muchos y muy variados. A pesar de cumplir todos los controles sanitarios, al no pasar por ningún proceso de pasteurización ni de esterilización, la leche cruda puede contener microorganismos que la contaminen como la Salmonella, la Listeria, la Echerichia Coli o Campylobacter entre otros y que son causantes de intoxicaciones y de numerosas enfermedades.
Si estás embarazada, debido a los cambios que se producen en tu sistema inmunitario, eres más susceptible a una infección por Listeria, especialmente en el tercer trimestre. Una infección por Listeria en el embarazo termina la mayoría de las veces con un aborto o una muerte intraútero. En el mejor de los casos, en un parto prematuro con el recién nacido infectado que si sobrevive es muy probable que tenga importantes daños neurológicos.
PESCADO CRUDO: si el pescado no estuvo congelado previamente, es muy probable que contenga anisakis, un gusano que causa intoxicaciones o toxoplasmosis, una enfermedad infecciosa que puede ser muy peligrosa para el feto.
CAFEÍNA: recientemente se publicó una investigación en la Universidad de Dublín, en la que aseguran que la cafeína aumente el riesgo de aborto espontáneo, de parto prematuro, de retardo en el crecimiento intrauterino del feto, de bebés con bajo peso, La cafeína no está recomendada para la mujer que está embarazada.
EMBUTIDOS: debes tener mucha precaución con los embutidos ya que podrían estar contaminados con listeria. Algunos expertos recomiendan que evites los embutidos por completo durante el embarazo debido a la posibilidad de que contengan bacterias peligrosas. Algunas de ellas, como la Listeria y el E. coli pueden atravesar la placenta y dañar seriamente a tu bebé.
PESCADOS GRANDES: pescados tipo carne de tiburón, pez espada, caballa o lucio, ya que, estos contienen un alto porcentaje de mercurio.
HUEVO CRUDO: comer huevo crudo durante el embarazo aumenta el riesgo de padecer salmonelosis