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El síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAHOS), como se le conoce científicamente, es un trastorno común donde la respiración de la persona se interrumpe o se hace muy superficial, puede durar desde unos pocos segundos a minutos y ocurrir más de 30 veces por hora.

Las consecuencias de estos episodios tienen un alto impacto en la calidad de vida de quien lo padece, empezando por una mala calidad del sueño, además de una sensación de fatiga corporal, pérdida de la memoria, irritabilidad, dolores de cabeza, sensación de sueño durante el día y disminución del rendimiento en la realización de tareas del común como trabajar, actividades de ocio y compartir con la familia, entre otras. Un problema muy frecuente en personas con obesidad, ya que incrementa el riesgo cardiovascular pero que puede tratarse y prevenirse con las medidas adecuadas.

La apnea del sueño hace parte de un grupo de enfermedades que alteran la salud de las personas. De acuerdo con la OMS, el 55% de la población mundial sufre algún trastorno del sueño y Colombia, no es la excepción. La Encuesta Nacional de Salud reveló que “el 52% de los colombianos tienen sobrepeso u obesidad, lo que los lleva a tener mayor probabilidad de sufrir este síndrome”.

Para Janeth Cecilia Alvarado Luna, docente del programa de Instrumentación Quirúrgica de Areandina sede Pereira, “el diagnóstico de este síndrome, en la mayoría de los casos, se da debido a la incomodidad de la pareja y es quien refiere los episodios donde los pacientes no pueden respirar durante el sueño, además de los ronquidos frecuentes y la sensación de sueño durante el día. Es importante mencionar además, que la apnea del sueño es uno de los trastornos respiratorios más padecidos a nivel mundial”.

Existe una prueba de confirmación para sospecha de apnea llamada “polisomnografía nocturna”, que consiste en la monitorización por medio de electrodos alrededor del cuerpo que miden diferentes parámetros como fases del sueño, respiración, movimientos y frecuencia cardiaca, con el fin de determinar la frecuencia de los episodios donde la persona no puede o tiene dificultades para respirar.

Para la docente “el tratamiento de este síndrome se da según el tipo de afectación respiratoria de la persona, va desde los tratamientos con medicamentos, pérdida de peso, cambios en la posición al dormir, terapias respiratorias y cirugías”.

Así mismo, es enfática al mencionar la importancia del sueño y los cambios a una vida más saludable, para así, evitar múltiples enfermedades y síndromes que ponen en riesgo la vida de quien las padece y por ello sugiere seguir las recomendaciones de la Asociación Colombiana de Medicina del Sueño:

  • Establecer horarios para dormir.
  • Dormir y despertarse en horas fijas.
  • Dormir entre 7-8 horas diarias.
  • Evitar tomar más de una siesta al día, máximo de 20 minutos.
  • Usar la cama para dormir.
  • Apagar y silenciar celulares y cualquier dispositivo electrónico.
  • Realizar ejercicio frecuente.
  • No consumir alimentos dos horas antes de dormir.

 

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