Esa canción desgarradora, creada en pleno confinamiento del 2020, con la que Puerto Candelaria volvía al género de sus inicios, fue su primera pieza en inglés y su interpretación trae a la memoria nombres como Billie Holiday o Ella Fitzgerald. En esta, su versión orquestal, llega a un punto sublime que se creía inimaginable, acompañada del poder de las cuerdas, las maderas, los bronces y la percusión, bajo la dirección del maestro Joachim Gustafsson de Suecia.
‘Goodbye my honey’, ya está disponible en las plataformas de escucha. Su grabación se realizó en vivo, en un emotivo concierto junto a la Orquesta Filarmónica de Bogotá, para el público del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo, y es por esto que el fonograma captura la esencia dramática y desgarradora, que luego en el estudio de Merlín Producciones se terminó de cerrar en las manos del ingeniero Gabriel Vallejo.
Goodbye my honey
Si alguna canción de Puerto Candelaria ha generado confusiones sobre su origen es Goodbye My Honey, una creación de manos de Juancho Valencia: El Sargento Remolacha y Catt; que evoca la sonoridad y poética del swing en los años 30 de Estados Unidos, de tal manera, que al escucharse da la sensación de estar escuchando un clásico olvidado por alguna razón. Esta vez, podría confundirse también, con la banda sonora de alguna película clásica.
Con este lanzamiento, la agrupación celebra una unión maravillosa con la Orquesta Filarmónica de Bogotá, para cumplir el sueño de grabar sus canciones en el gran formato que siempre sonaba en la cabeza del Sargento Remolacha al crearlas. El álbum completo que se lanzará en marzo de 2024, contendrá clásicos como Vuelta Canela, Club Panamá, Despedida, Dogville y versiones de composiciones de Mozart, Beethoven y Duke Ellington.